Jun 20, 2005 - El (no) Mar
de Aral
Hoy
toca un cuento. Había
una vez un Mar, el Mar de Aral.
En
realidad no era un mar. Era un lago. El cuarto más grande del mundo.
Un
día unos señores rusos, en los 60, decidieron que en Uzbekistán se daban
las características óptimas para el cultivo del algodón, en mitad del
desierto. Así que empezaron a cultivarlo. Los dos ríos que abastecían
desde hacia siglos el Mar de Aral, el Amu Darya y Sir Darya (procedentes de
los Pamir y Tian Shan) empezaron a ser utilizados para regar los sedientos
campos donde ahora se cultivaba algodón. Y empezó a llegar menos agua cada
vez al Mar. Pero eso no importo. Lo prioritario era el desarrollo económico.
Además, el hombre debía ser capaz de dominar y controlar la naturaleza! Y
siguió plantando más y más hectáreas de algodón. Tantas que se planteo
hacer un canal desde Siberia, para abastecer con agua las plantaciones. Y el
Mar de Aral empezó a no recibir agua. Y empezó a bajar el nivel del agua.
Pero eso no importo, porque se necesitaba cada vez mas agua. Porque cada vez
se cultivaba más. Porque el algodón importaba. Hasta que hoy en día el
agua llega al Mar solo si ha sido ano de lluvias torrenciales. Ninguno de
los dos ríos puede abastecer el agua necesaria si quiera para mantener el
agua en el nivel actual. A pesar de que los cultivos no han seguido
creciendo, la tragedia ya no tiene remedio.
Media
en 1950 casi 67.000 metros cúbicos. Y daba igual que entre 1966 y 1993 el
nivel del agua cayese 18 metros y como consecuencia la orilla se alejase en
algunos puntos 80 kilómetros de la original. Daba igual. El caudal paso a
ser una décima parte del original. Daba igual. Porque consiguieron aumentar
la producción de algodón, que era de lo que se trataba, al fin y al cabo,
no? En menos de 30 anos, la política económica del algodón seguida en la
USSR llevo a Moynaq y Aralsk (hoy en Kazajstán) a la ruina, al desastre. Y
con ello a cientos de familias.
El
pueblo pesquero de Moynaq, donde fui con mi madre, es el testimonio de este
desastre brutal, un pueblo moribundo que perdió su futuro hace ya muchos
anos. Vivía de la pesca. En el había varias industrias de envasado por no
decir innumerables barcos pesqueros. Vivian 20 mil personas. Hoy todo eso es
historia. La gente emigro hace mucho tiempo. Tan solo quedan 2.000 hoy en día,
sobreviviendo como pueden. Pero no de la pesca. El agua esta ya demasiado
lejos. Tal vez vendiendo como chatarra los restos de tantos barcos
abandonados en lo que ahora es mitad del desierto. Por eso deben vernos los
habitantes del pueblo con tristeza infinita cuando acudimos, desde tan
lejos, a ver el pueblo que un día fue para ver lo que hoy queda de el. Poco
mas que desolación, desierto y oxido.
Lo
peor es que la tragedia no queda ahí. Esto es un desastre ecológico como
pocos: El clima de la región ha cambiado drásticamente. Los inviernos son
notablemente más fríos. Los veranos más calurosos. La media de días sin
lluvia ha pasado de 30 a 120 de 1950 a 2004. Los contaminados fondos marinos
generan hoy en día peligrosas tormentas de arena. Deformidades en
nacimientos, cáncer y otras similares enfermedades han empezado a ser
comunes en la zona. De las 173 especies de animales que vivían en este
entorno, quedan ya solo hoy 38. Ni un solo pez.
No
hay solución. Ya es demasiado tarde. Los esfuerzos, no suficientes, solo
sirven hoy para intentar mantener la situación actual y evitar la catástrofe
total. Aunque ya, es demasiado tarde. Otra vez.
Impactado
por esto, os envío un saludo (desde Khiva)
(Hay
una pagina súper chula de la que he sacado alguna imagen (merci!)
http://camsup.free.fr/asiecentrale/asiecentraleindex.html
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