Jun
26, 2005 - El
viajar...
Queridos
amigos,
Frente
a lo que muchos de vosotros pensáis, el hecho de estar viajando no implica
necesariamente que estoy de vacaciones placenteras y relajantes, por lo menos
no con la idílica (?) imagen del turista al borde de la piscina en la tumbona
con su mojito en la mano.
Frente
a esta imagen de relax, placer, sencillez, facilidad y fluidez en mis
recorridos (que yo tal vez haya alimentado por mis crónicas pasadas) rompo
una lanza en mi favor para afirmar, sin dejar lugar a dudas, que este viaje
está siendo jodido, en una palabra, y lo que queda por delante, si no me
equivoco, aun lo parece mas (y no, no tengo aspiraciones a una nominación a
santo) En ningún momento lo que ahora relatare pretende implicar que no este
disfrutando enormemente de este viaje y de lo mucho que aun me queda por
delante.
Empecemos
con los visados. Primera prueba a superar: que le dejen a uno entrar en el país
que desea visitar, en el que el viajero quiere dejarse los dólares. Aparte
del coste económico de cada visado (entre 75 y 100 dólares por unidad)
varios de los países (Irán, Tayikistán) además piden carta de invitación
de una agencia local de turismo, con lo que aparte del coste extra
(aproximadamente 50 dólares) está el coste e incertidumbre de la búsqueda.
"Me fío de esta empresa de Tayikistán que me pide el dinero por
anticipado y que ni siquiera sé si me va a conseguir el visado?" Otros
países (Turkmenistán) no reciben bien a los viajeros independientes. Para
sacar un visado de turismo obligan al turista a ir acompañado 24 horas de un
guía local durante la estancia en el país (para que no fisgue demasiado?
Para que no hable con la gente?) Por suerte (?) se puede pedir un visado de
transito (por el largo periodo de 5 días) el cual permite ir sin acompañar y
hacer el recorrido que se quiera (o se pueda) por el país. Eso si, otros 51 dólares,
por favor, por el visadito...
Cuando
ya tenemos los visados y entras en el país, es en realidad cuando los obstáculos
empiezan de verdad. Generalmente a la gente local les encanta que visites su
país y en la mayoría de los casos se muestran perplejos de que lo hagas,
preguntándose que nos motiva el venir de tan lejos para estar allí, entre
ellos, pero siempre muy colaboradores... Son las autoridades encarnadas en la
policía las que generalmente son más susceptibles y dispuestas a molestar en
cualquier momento. En cualquier caso, los he vivido desde pasotas (Irán) a
paranoicos (Turkmenistán) e inquietos (Uzbekistán) con lo que el humilde
viajero pasa a ser considerado como potencial espía en todos aquellos lugares
no turísticos que visita (casualmente aquellos en los que me gusta
meterme...)
Empiezan
posteriormente los obstáculos idiomáticos y las dificultades prácticas. Si
en España poca gente habla inglés, en estos países encontrar a alguien que
lo haga es como buscar una aguja en un pajar. Comunicarse en español (o en
inglés, que para el caso da igual...) con gente que como mucho habla farsi o
ruso no es del todo fácil, como os podréis imaginar. Y cuando estas perdido,
o quieres comprar una tirita, o cuando tienes hambre o necesitas saber si era
rojo o azul el autobús que tenias que coger para volver a tu hotel, pues
entonces es cuando la "diversión" empieza... Pero no hay que
preocuparse, siempre hay gente que habla inglés: los taxistas (para timarte)
los policías (para interrogarte) y algún local que, mira por donde, en los
peores momentos, en los mas jodidos, cuando estas a punto de tirar la toalla,
siempre aparece para echar una mano y salir adelante.
Es
mas "divertido" todo cuando ya no solo no puedes entender lo que la
gente dice, sino que además no puedes leerlo. Como Irán, escrito en farsi
(parecido al árabe) en el cual ni los números son identificables. O como en
Uzbekistán, que en su transición hacia el desarrollo de su identidad ha
decidido utilizar la escritura cirílica (como la rusa) para escribir su
idioma... Nada, todo facilidades para el turista europeo...
A
todo esto además hay que sumarle que como buen turista que somos, el intento
de timo es prácticamente constante. Desde una coca cola a un taxi, a unas
galletas, a un souvenir, a un hotel, a un remiendo en una camisa... aquí los
precios son todos menos fijos y desde luego, nunca tan bajos como para no
salir perdiendo... Lo importante se centra en luchar para perder lo menos
posible. Regatear es fundamental, hasta para las cosas mas básicas y por
supuesto estar encima de todas las sumas y desgloses de cuenta está a la
orden del día. No hay tiempo para el descuido. No se puede bajar la guardia.
Y lo peor es que uno no siempre está de humor, o con las fuerzas suficientes
o con ganas, así que siempre, nos la acaban metiendo...
Tampoco
se puede bajar la guardia con que se come, por ejemplo. Que fácil y naïf es
pensar que se puede comer lo que quieras, cuando quieras y donde quieras...
Las diferencias culturales hacen que comer sea todo un reto. Salvo en Turquía
(ese paraíso astronómico...) los niveles de pobreza de la gente, hacen que
apenas se salga a comer o cenar, con lo que la escasez de restaurantes es
significativa. En Irán, Turkmenistán o Uzbekistán encontrar un restaurante
es todo un logro si bien lo increíble está aun por llegar. Una vez
encontrado, el que tengan carta es un milagro. El que la tengan en inglés es
ya el summum. Pero el que tengan cosas disponibles de la carta que uno pueda
reconocer e identificar es poco menos que ganar la lotería. Suerte que comen
pan, sopa, agua, te y kebabs (dieta básica diaria de todo buen turista por
estos países) así que siempre algo hay para comer, pero como a la tercera
noche de repetir el mismo festín como que uno ya se cansa... Y cuando por fin
consigues un restaurante BUENO, y caro, donde tienen de todo, y te confías
porque está limpio, y pides ensaladas y cosas crudas y disfrutas de ello, y
que bueno que estaba, pero al día siguiente y al otro, estas con una diarrea
digna, tumbado en la cama del hotel todo el día... ese día te acuerdas del
arrocito de tu mama y lo fácil que es comer, bien, en tu país...
Con
la comida como ejemplo, otras cosas como internet o teléfonos no son lujos,
son cosas raras, tesoros que se encuentran rara vez al alcance del
conocimiento y alcance del turista... "Nada, nada, si tengo algún
problema ya llamo por teléfono" Esa frase tan típica (en España...)
aquí poco menos que futurista, poco menos que irreal. Que fácil resulta
decirlo... Sin cabinas en las calles, sin mas que una central de teléfonos
por ciudad... E internet...
También
el hecho de viajar sin parar apenas en los lugares, cambiando cada dos o tres
noches, como mucho, de hotel, durmiendo en camas diferentes, en lugares
diferentes, en ciudades diferentes, obliga a una constante necesidad de
adaptación, re-situación, orientación, que es un trabajo asiduo que el
viajero se ve obligado a afrontar constantemente y que, la verdad, es que
cansa bastante, especialmente si uno lo tiene que hacer por su propia cuenta,
cuando es el caso... que bonito es ver a todos esos grupos de turistas
llevados de la mano (figuradamente) hasta para ir al baño, de hotel en hotel
en autobús, con la comida esperando en la mesa y los souvenirs, el único
contacto con el mundo real que tienen...
Por
ultimo, y ya paro de quejarme y de recordaros lo cansado que es estar de
vacaciones sin tener que fichar cada día en la oficina (golpe bajo, perdón!),
una de las cosas mas duras son los transportes, el ir a las estaciones, luchar
por viajar, por comprar un billete, con el destino, hora, día y precio que tu
quieres, el soportar luego la informalidad, la irregularidad, los intentos de
timo y sobre cargos, la dejadez a todos los niveles, luego estar horas en el
autobús, taxi o tren, soportar calores, rupturas, apretujones, olores y
sudores... en fin, la sal de la vida y el día a día del viajero!
En
fin, que todas estas cosas son la contrapartida de todas esas otras, cosas
bellas que uno ve, vive y siente, de todos esos momentos en los que uno se
olvida de los problemas y dificultades vividas, y no se cambiaria uno de lugar
por nada en el mundo, por toda esas amables y sencillas gentes conocidas, que
de vez en cuando voy relatando en mis crónicas.
Sirvan
estas líneas, pues, (me he enrollado un tanto, lo siento) para afirmar que
sin duda viajar es algo muy bello y que estoy disfrutando mucho con ello, pero
que, según qué países, es una experiencia cansada, abrumadora en ocasiones
y que le hace a uno necesario el recalcar todos los puntos positivos de ésta
para poder tomar carrerilla, saltar los inconvenientes y seguir adelante
disfrutando del viaje, con todo lo bueno y malo que este pueda traer.
Un
abrazo!
Pablo
PS:
-
No viajo con ordenador portátil. Sería poco menos que de locos. Por espacio,
por seguridad, por peso, por conexión... Mis crónicas son escritas in situ,
cuando logro tener una conexión con internet, normalmente rodeado de decenas
de niños gritando y saltando en sus sillas del ordenador jugando a
videojuegos de destrucción masiva...
-
No tengo cámara digital, las fotos que publico o me las han sacado colegas
viajeros y yo las cuelgo o las busco en internet y me adueño de ellas, para
que os hagáis una mejor idea de la crónica (esto ultimo son el 99% de todas)
-
Adjunto dos fotos mías, para que veáis lo bien que sigo, ahora con, si no me
equivoco, 5 kilos menos que al salir de Madrid... y con mi barba! Ahí sigo yo
con ella. (Gracias a Edwin e Inti por las fotos!)
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