Sep
1, 2005 - Cruzamos
el Taklamakan!
En
China uno tiene que aprender a relativizar los conceptos de espacio o tiempo.
En China uno se da cuenta que dos puntos cercanos en el mapa no significan
nada. En China nada significa que entre Hotan y Urumqi nos han tocado 20 horas
en autobús (y porque cogimos el express, la otra opción eran 25 horas) el
trayecto mas largo que yo haya hecho nunca hasta el momento. Pues vaya record,
no?
Lo
que salva que este trayecto pase de ser una tortura a algo realmente
apetecible es el hecho de que la carretera que une las dos ciudades pasa por
el medio del desierto de Taklamantan, que no es sino el segundo desierto de
arena y dunas más grande del mundo, tras el Sahara. Y sin duda, el más
accesible, porque, cuantos desiertos conocéis que estén partidos,
literalmente, por la mitad por una autopista? Los chinos cuando hacen algo, lo
hacen a conciencia. Temblemos europeos...
Y
como hacer esas 20 horas lo más agradables posible? Pues han inventado los
autobuses sleepers, es decir, en vez de asientos, camas. Así, como trenes con
ruedas. Tres filas de literas. Ventana, centro, ventana. Nos tocan los últimos
asientos disponibles, los de más atrás (centro y ventana) en el piso de
abajo. Por suerte, o desgracia, el autobús es "de lujo". Vaya, que
tiene aire acondicionado. Por suerte eso significa que las ventanillas no se
pueden abrir, con lo que los 32 chinos que viajan en el (los uygures, por
supuesto, van en el barato) no pueden entretenerse en su hobby favorito:
fumar. Por suerte significa que no sudaran, con lo que los olores de sobacos y
demás sudores serán minimizados (los de los pies, arraigados en el zapato,
por desgracia, están muy presentes todo el trayecto) Por desgracia significa
que o bien nos achicharramos (ya sabemos porque nadie quiere esos asientos:
van encima del motor!) o pelarnos de frío a criterio del conductor. Por
desgracia significa que los resfriados de otros pasajeros pueden pasar a
nosotros fácilmente con innumerables estornudos...
La
travesía en si es interesantísima. Al principio bordeamos por 4 horas el
desierto, pasando por los pueblos y pequeñas ciudades oasis del camino, con
las primeras dunas serias a la vista para abrir como aperitivo. Hacemos la
primera parada en el ultimo pueblo antes del desierto: Todo el mundo abajo! 45
minutos para comer un arrocito (mejor no mirar las cocinas) antes de empezar
la travesía (crucemos los dedos porque no nos siente mal!). Y esta, por
suerte, es tan increíble como esperaba. Durante mas de 300 kilómetros el
autobús pasa por dunas y dunas y dunas y más dunas, sin interrupción, sin
descanso, a cual más bonita, a cual más bella, incansables, infinitas y uno
se siente como quien atraviesa el océano en un barco, pero este de arena,
pues en el horizonte solo hay dunas y a los lados, allá donde miramos, solo
vemos eso, dunas. Y hace raro pues uno piensa en el desierto como algo remoto,
lejano, inaccesible, al que hay que llegar en 4X4 o camello o así, un rollo
un poco mítico, en plan Lawrence de Arabia, y cuesta asimilar que estamos
cruzándolo en autobús, a 100 km/h. En una autopista que ya quisiéramos en
España. Una autopista que para que no se la coma el desierto le han puesto
plantas 100 metros a cada lado e instalado casi cien pozos de riego automático
para que vivan y crezcan... (lo dicho, los chinos, cuando se ponen, se
ponen...)
Por
desgracia la noche cae y el trayecto sigue por el desierto durante 10 horas
mas, hasta llegar a la ciudad, capital de provincia, de Urumqi, aunque de eso
poco más vemos. Pero solo por el desierto visto, inmenso, las dificultades
para dormir, lo pesado de estar 20 horas en un autobús y encima atufados y
muertos de caloro frío han valido la pena. Solo lamentar que no hiciéramos
alguna paradita para fotos en el trayecto, pues eso es lo que pasa cuando no
vamos de mega-pijos alquilando nuestro transporte privado...
<< anterior -
indice -
siguiente >>
|