Nov
6, 2005 - Myanmar en dos crónicas. Crónica 2 La
entrada a Mandalay fue como un oasis tras China. Gente sonriente, relajada,
amable, que hablaba inglés, con buena comida, barato... lo que un turista
busca, no? Lo que no esperaba encontrar fue la mezcla de gente, de raza y
religiones. Aunque como en Malasia, eso debe ser herencia británica. Pues
Myanmar también fue colonia británica. Y se trajo a nepalíes a trabajar y a
indios, que hicieron avanzar el país con su carácter emprendedor y activo. Y
allí se quedaron, viviendo conjuntamente con los Myanamrenos y nepalíes. Y
sorprende si no lo esperas, porque ves templos indios, musulmanes, cristianos,
budistas... y puedes comer indio (curry), nepalí (curry), birmano (curry para
variar)... en fin, de todo, un lujo. Lo contrario que la ciudad, pobre, hecha
polvo, dejada, pero con bellos edificios coloniales y muchísima actividad
(tiendas, mercadillos, heladerías, templos...) De un lado a otro en ricksaw,
o lo que es lo mismo, sentado en una bicicleta que un tío pedalea por ti. Y
decenas de templos budistas, estupas doradas de oro, budas recubiertos de pan
de oro, incienso y pies descalzos al entrar en los mugrientos templos (por
respeto, claramente no por limpieza) Sr.
Gobierno, puedo ir a ver un pueblo que se llama Pyin U Lin? No mirare mas que
lo turístico, vale? Como nos dejan vemos este pueblo anecdótico. Y no lo es
por su tamaño sino por su carácter. Pues parece Inglaterra. Está en la
montaña y hace fresco ("solo 25 grados...") pero lo increíble son
las viejas casas tipo campiña inglesa que se construyeron allí durante los
anos de control inglés. Con la bici visitas un jardín botánico que te hace
creer en Wales y al volver pasas por casas que te hacen creer haberte
teletransportado a Yorkshire, lo menos... Y sin mas interés que esto y que
hay mas indios que Myanamarenos uno ya no sabe si ha visitado Inglaterra,
India o si sigue en Myanmar... Lo
que hubiera sido un error dejar sin visitar hubiese sido Bagan, o la mayor
concentración de templos de los SX a XIV que yo haya visto. Aunque para
llegar allí, nos sableen 15$ por un ferry exclusivo para turistas (eso no lo
sabes hasta llegar allí) en el que te hacen sentir, lo quieras o no, parte de
un paquete organizado... horror. Todo lo que el viajero independiente no desea
ser: una parte de un grupo de la que no puede escapar! Pero los templos
impresionan, esparcidos a lo largo de una superficie de 10 X 10 kilómetros,
unos en ruinas totales, otros en perfecto estado, otros demasiado
reconstruidos como para seguir siendo bellos per se. Pero ver amanecer con el
sol saliendo entre los templos, o recorrer en bicicleta en silencio todos los
caminos que los conectan o ver atardecer desde lo alto de alguno de estas
moles de ladrillo rojo es un lujo, algo que tardare en olvidar. Y sobre todo,
la sensación de soledad y tranquilidad que tuvimos durante 3 días,
simplemente visitando los templos menos turísticos, mas alejados y sin acceso
para los autobuses (que tampoco eran tantos...). Lo
peor viene cuando decidimos regalarnos unas vacaciones en Myanmar, en la playa
de Ngapali. Cerca en el mapa, lejos, muy lejos en nuestros culos. Pues diez
horas de autobús hasta Maymo (por suerte en un autobús como tal, con todos
sus asientos y suspensiones) mas otras 16 montados en un minibús (por
llamarlo de alguna manera) que transportaba mercancías y en el espacio libre
también personas (nosotros y cinco mas) fueron como un suplicio, ante el cual
cualquier playa hubiese sido buena. Pues 16 horas montados en asientos a un
metro de altura bajo los cuales llevábamos sacos pestilentes de cebollas, en
los cuales cada dos horas había un registro de pasaportes (con lo cual para
dormir aun más jodido) pueden con cualquiera. Ngapali nos pareció la mejor
playa que vimos en mucho mucho tiempo. Para mí, la primera en seis meses de
viaje. Casi ni me acordaba del olor a mar. Así
que estuvimos de vacaciones. Siestas. Levantarnos tarde. Desayunos buffet
libre de fruta, huevos, y tallarines picantes hasta reventar. Sol, mucho. Y
mucha mas crema, pues aquí pica de verdad. Y paseos por la playa de arena,
cenas de gambas y centollos a la parilla, pescados recién bajados de la
barca, cócteles viendo las puestas del sol (justo a la hora del happy hour en
el resort de guays) Y que rápido pasan 4 días cuando estas tan bien y
tranquilo. Y
para recordar la vuelta a la realidad del país en el que estas, otras 17
horas de bus para llegar a Yangon. Que podríamos haber volado. Pero también
habernos quedado sin dólares y tampoco es plan. Así que de vuelta al bus
express (el que solo lleva pasajeros) pero por caminos de tierra, de botes
constantes, de mas controles policiales (esta vez solo 4) de falta de sueno,
de ronquidos de gente que si tiene la suerte de dormir cuando tu no... y de
llegar reventado a la capital, pensando en los $70 dólares que costaba el avión
y los $7 que costaba tu billete. Y en que uno tardaba media hora y otro
diecisiete. Tampoco era tanta la diferencia... Pero
a lo hecho pecho. Yangon es normalmente la primera etapa de la gente. Para
nosotros la ultima. Así que hartos de templos budistas tampoco nos impresiono
tanto el centro de peregrinación más importante del país. Ni la mezcla de
gente. Ni poder comer o probar de todo. Y si nos molesto lo plastas que a
veces pueden llegar a ser con el turista con tal de conseguir meterte en un
taxi, cambiarte dinero o cosas triviales como esas. Pero a pesar de eso la
ciudad nos gusto. Con edificios coloniales, con buenos y, en comparación con
el resto del país, caros restaurantes, ajetreo constante, bullicio,
mercadillos nocturnos, cines en inglés y caros souvenires... en fin, un poco
lo que toda ciudad asiática es y que en el fondo, tanto me gusta. |