Biografía:


Pablo Strubell (Madrid, 1975)

¿Y qué fotografo no recuerda esa primera máquina que le cambió la vida? La mía me la regaló mi padre, asegurándome que era un regalo que me ayudaría a hacer mejores retratos (entonces me gustaba dibujar): tendría la imagen fija tanto tiempo como quisiera. La verdad es que la máquina no me ayudó mucho al dibujo pero tampoco hizo que dejara el lápiz por la fotografía. En realidad, ese hecho es casi anecdótico. Eso sí, gané un concurso en el colegio, con una foto de una cascada de medio metro de altura que había en un riachuelo donde paramos a comer en una excursión. Eso sí que me hizo mucha ilusión, pues había estado tirado por el suelo buscando el mejor ángulo durante un buen rato. Seguí sacando fotos irrelevantes de mis pasiones con el paso de los años: los caballos, luego las bicicletas y entre una cosa y otra llegaron los viajes y mi necesidad de complementar mi frágil memoria con fotos que retuvieran para siempre las gentes, los ambientes, los lugares en los que estuve. Y hasta hoy.

No es difícil averiguarlo: mi pasión son los viajes. Después de licenciarme en Economía, tuve la suerte de vivir un año en Malasia y otro en Turquía y, por culpa de mi trabajo, durante 5 años conocí muchos aeropuertos de todo el mundo (trabajaba en exportación). Con las pocas vacaciones restantes me dedicaba a viajar por todos esos otros países que no le interesaban ni a mi compañía ni a casi nadie. En 2005 di carpetazo a todo eso, dejé mi trabajo y me lancé a recorrer durante 8 meses la ruta de la seda, yendo desde Estambul hasta Filipinas por tierra recorriendo países absolutamente impresionantes de Asia Central. Algunos aún piensan que fue culpa de la crisis de los 30: es que no se enteran... Desde 2006 a 2008 trabajé en la Sociedad Geográfica Española, como gerente de esa pequeña gran asociación de viajeros, aventureros, etc. En septiembre de 2008 me uní al equipo de la Librería DeViaje, donde también ejercí como gerente de la, probablemente, mejor librería de viajes de Madrid. Eso, hasta que en marzo de 2010, la mosca de la inquietud hizo que lo dejara y con mi pareja nos fuéramos a cruzar África, de cabo a rabo. Mochilas, transportes públicos y doce meses por delante hicieron de este gran viaje toda una aventura, que finalizó en marzo 2011. En esa fecha, regresé a la librería hasta que en marzo 2012 me independicé, dedicándome a la escritura, fotografía y otros proyectos relacionados con el apasionante mundo de los viajes.

Fotográficamente hablando soy autodidacta, o por lo menos lo era en sentido estricto hasta 2006 cuando decidí hacer un curso de un año en EFTI (Profesional analógico lo llaman) donde, sobre todo, miraba mucho el trabajo de otros fotógrafos (Webb, Navia, McCurry, Herwig) y me gustaría pensar que gracias a esto he retenido algo de ellos y he intentado crear a partir de ahí mi propio lenguaje.

Colaboro regularmente con la revista Altair y lo hacía con Lonely Planet Magazine. Ocasionalmente algo mi trabajo se ha publicado en La Vanguardia, El País, y Más Viajes. Poco, pero todo es empezar. Todavía mi obra no cuelga en las paredes de ningún museo ni en casas de coleccionistas, pero os invito a que os mantengáis al tanto por lo que pueda pasar en un futuro próximo.